Aquí no vamos a hablar sobre que sidra es mejor, la vasca o la asturiana, ya que ambas son productos de gran calidad y la preferencia siempre es una cuestión de gustos. Sin embargo, tenemos que admitir que la nuestra tiene un mayor prestigio en el mercado internacional, pese a que la producción vasca sea mucho menor que la del Principado.

 

Peculiaridades

De hecho, los datos nos muestran que existe tanta diferencia que prácticamente con la producción de una de las sidrerías más importantes de Asturias se alcanzaría el total de Euskadi. Tienen en común que utilizan los ingredientes típicos de la zona, pero poco más, ya que el sabor es distinto e incluso también la variedad de manzana que usan.

Una de las mayores diferencias de la sidra vasca, con respecto a las que se producen en el resto del mundo, es que no contiene dióxido de carbono. Esta característica también la podemos observar en la sidra natural que se elabora en Asturias o en la Apfelwein, proveniente del estado alemán de Hessen.

La sidra es un producto 100% natural y que goza de gran popularidad tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. Y en este sentido, no podemos olvidar la gran labor de difusión que hacen nuestros cocineros, ya que esta bebida, además de acompañar los platos también  puede intervenir en su elaboración.

 

Origen montañero

La sidra vasca (“sagardo” en euskera y “sagarno” en el País Vasco francés) se elabora a partir del zumo de manzanas fermentadas, es una de las bebidas más populares de nuestra tierra y desde mediados de los 80 su producción ha vivido un importante incremento. Hace un par de siglos era un licor consumido habitualmente por las familias que vivían en ámbitos montañosos, como Guipúzcoa, Vizcaya, la Navarra septentrional y el País Vasco francés, zonas en las que era muy complicado comprar vino, a excepción del txacoli.

 

La sidra pionera

¿Cuál comenzó a producirse antes? Bueno, aquí parece que los historiadores no van a llegar nunca a un acuerdo. Hay algunos expertos que afirman que la sidra vasca fue la primera en producirse a principios del siglo XIII y desde aquí se extendió a otras zonas de la cornisa cantábrica. Sin embargo, otros consideran que los asturianos ya conocían esta bebida al mismo tiempo que lo hacíamos en nuestra tierra.

 

Diferencias principales

Como hemos comentado al inicio, más allá de los gustos personales hay una serie de elementos diferenciadores muy importantes entre la sidra vasca y la asturiana, que vamos a resumir a continuación:

  • La sidra vasca ha de mantenerse a una temperatura menor que la asturiana, lo que provoca que nuestra bebida sea un poco más ácida.
  • En cuanto al prensado, nosotros lo hacemos en una cantidad hasta cinco veces mayor que nuestros vecinos.
  • La sidra asturiana cambia durante su proceso de fabricación de tonel, lo que se conoce como el trasiego.
  • Y por supuesto, el tipo de manzana, que va a cambiar por completo el sabor y aroma del caldo.

 

 Diferencias entre la sidra vasca y la asturiana