agrazón de Orduña

Vivimos en una época asombrosa gracias a la tecnología digital, con coches autónomos capaces de conducir solos y nuevas fuentes energéticas que permitirán un mejor futuro para nuestros hijos. Pero el paso del tiempo también tiene sus consecuencias en algunas de nuestras tradiciones, que poco a poco se van olvidando hasta desaparecer.

Por suerte, hay algunas personas empeñadas en que esto no se produzca. Así que vuelven al campo para recuperar usos y costumbres que estaban en peligro de extinción, como es el caso del agrazón de Orduña. ¿Quieres saber más sobre este curioso alimento? ¡Estás en el lugar perfecto!

 

¿Qué es el agrazón de Orduña?

Se trata de un arbusto espinoso de la familia de la grosellas que hace muchos años era considerado todo un manjar. Sin embargo, con el progresivo abandono de los caseríos poco a poco su presencia fue meramente testimonial.

De esta época nos quedan algunas historias como la de las 3 hermanas mudas, que cuidaban los agrazones en las huertas de las Hermanas Clarisas del monasterio de Santa Clara de Orduña (Bizkaia). O los huertos de San Francisco, que en la actualidad han desaparecido por el avance del urbanismo.

Era costumbre entre los jóvenes agruparse en cuadrillas para ir a robar esta fruta bajo el amparo de la noche, una de las pocas diversiones que podían permitirse por entonces. El agrazón se puede comer crudo como cualquier otra fruta del bosque, aunque también es tradicional elaborar confituras y jaleas.

 

Recuperando una tradición

Cuando estos puntos tradicionales se abandonaron el agrazón quedo tocado de muerte. Y habría desaparecido por completo si no hubiera sido por la labor de personas como Mikel Kormenzana. Este vecino de Orduña conoció las huertas de San Francisco cuando era joven, ya que su amama tenía una parcelita con una gran variedad de frutas.

Hace 20 años descubrió que su familia conservaba esquejes de agrazón y otras especies que se consideraban desaparecidas, así que decidió recuperar esta variedad tan tradicional. En la actualidad disponemos de 2 tipos de agrazón: el rojo y el verde, que se han vuelto a cultivar en varios caseríos de la zona.

Al principio Mikel acudía al mercado local para vender sus productos frescos de temporada. Y se sorprendió al ver la respuesta tan positiva de los vecinos, ya que muchos de ellos llevaban sin ver un agrazón desde su infancia. Debido a este éxito inicial, decidió dar el paso y elaborar mermeladas ecológicas, con una producción limitada a unos 10.000 tarritos al año para garantizar su calidad.

 

El agrazón en la cocina

Como hemos comentado, el agrazón pertenece a la familia de las grosellas y tiene un sabor y aroma que nos recuerdan ligeramente a ellas. Se pueden comer tal cual o preparar mermeladas, batidos y todo tipo de postres. Otra opción es deshidratarlas, para que sí se conserven durante mucho tiempo sin problemas.

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