Pese a sus numerosas propiedades nutricionales, el éxito de los huevos de caserío se debe a su increíble sabor. La movilidad de las gallinas, alimentación y el respeto a las horas de descanso tiene consecuencias muy positivas en la calidad del producto. Así como la ausencia de químicos o cualquier tipo de manufacturación.
En este sentido, los huevos naturales están mucho más ricos y tienen una textura perfecta. Un alimento muy nutritivo que está especialmente recomendado para personas mayores, niños y mujeres embarazadas. ¿Quieres disfrutarlos cómo se merecen?
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En la actualidad, la globalización nos permite acceder a una enorme variedad de productos y servicios que hace un par de décadas eran inimaginables. Pero también ha provocado la sustitución de procesos artesanales por otras técnicas de producción masiva.
¿El resultado? Los alimentos de toda la vida han perdido parte de su calidad, motivo que explica la actual tendencia a consumir productos ecológicos. En la entrada de hoy vamos a hablar de los huevos de caserío vasco. Conoceremos las condiciones en las que se obtienen y todas sus propiedades beneficiosas para la salud.
¿Qué son los huevos de caserío vascos?
Debido al auge de las granjas industriales, un grupo de campesinos vascos ha mantenido la crianza tradicional de estas aves. Más concretamente, de la especie Gallus gallus. Las gallinas están durante el día al aire libre en entornos de praderas y árboles frutales. Y cuando llega la noche, se guardan en recintos especialmente diseñados para garantizar su comodidad.
Los huevos de caserío vascos que cumplen con estas estrictas normas de calidad logran la correspondiente etiqueta Eusko Label. Se trata de huevos de categoría A, con un peso que supera los 52 gramos y una cáscara oscura. Son muy apreciados por los consumidores, ya que además de tener las propiedades nutricionales intactas, su sabor y textura son inimitables.
Propiedades nutricionales de los huevos de caserío
Los huevos de caserío no han sido tratados con ningún producto químico y proceden de gallinas en libertad. Por lo que proporcionan grandes ventajas para nuestra salud. Destacan por sus elevados niveles de proteínas y vitaminas de los grupos A, B y D. Así como minerales, especialmente el hierro, fósforo, zinc o yodo.
Los minerales como el hierro son vitales para el correcto crecimiento del cuerpo. Mantienen nuestros huesos sanos y previenen enfermedades cardiovasculares. También forman la hemoglobina, que envía el oxígeno de los pulmones al resto del cuerpo. Por ello, no pueden faltar en ninguna dieta equilibrada, ya que lo contrario podríamos sufrir anemia.
La vitamina A es esencial para el desarrollo de los huesos y tejidos. Además de prevenir enfermedades relacionadas con el aparato respiratorio. La vitamina B8 o biotina, estimula el crecimiento de las células y la regeneración de la piel.
Por su parte, la vitamina B12 ayuda a incrementar la producción de glóbulos rojos y mejora el estado de la médula ósea. Y finalmente, tenemos la vitamina D, que mejora la absorción del calcio, previene problemas del corazón y suministra toda la energía necesaria para rendir en nuestro día a día.