Las cerezas son una inestimable fuente de salud y destacamos en su producción, como podemos ver por ejemplo en el valle del Jerte, en Extremadura o en la localidad costera de Milagro, en Navarra. Sin embargo, aunque se tratan de cerezas de gran calidad, las más caras del mundo se producen en Lleida.
Propiedades para la salud
Las cerezas son unos potentes antioxidantes, cuyas propiedades ayudan a disminuir los efectos de algunas enfermedades cardiacas y hasta ciertos tipos de cáncer. Pero sus beneficios van mucho más allá: contienen melatonina, que ayuda a regular el ritmo del corazón o los ciclos del sueño, una gran cantidad de vitaminas A, C y E, minerales como hierro o magnesio y fibra, que sirve para reducir la inflamación y los procesos artríticos.
Durante años las cerezas estuvieron estrictamente prohibida en las dietas de los diabéticos, pero actualmente se considera que estas personas pueden consumirla sin problemas, aunque siempre con moderación. La clave está en disfrutar de su sabor y sus propiedades en la cantidad justa.
Cherry Glamour
Las cerezas más caras del mundo se producen en Lleida y se producen del 15 de marzo hasta el 25 de abril. Hay muchos motivos que explican su exclusividad y su periodo de recolección es precisamente el más importante de ellos, ya que no hay otra cereza en el mundo que se produzca durante estos meses. En otras palabras, si quiere comer cerezas durante este tiempo, tendrá que pagarlas.
Son conocidas en el mercado bajo el nombre comercial de Cherry Glamour y es complicado que la encontremos en nuestras tierras, ya que la mayor parte de la producción se destina al extranjero.
El precio no está al alcance del bolsillo medio. Los productores pueden recibir de 40 a 140 euros por kilo, dependiendo del grosor y las características de la fruta, sin embargo, a los consumidores les llegan a un precio que varía entre los 50 y los 350 euros.
¿Los lugares más comunes de destino? Aquellos a los que la crisis actual no afecta, como Qatar, Dubai o Rusia y que pueden permitirse pagar uno o dos euros por una sola cereza.
Peculiaridades de su proceso
Aunque precoces, estas cerezas no están exentas de calidad. Su sabor es dulce y pleno, su color llamativamente rojo y desprenden una jugosidad al masticarlas indescriptible. Todo esto es producto de años de investigación y una muestra de que la fruta y el glamour no solo vienen de la mano en la cultura asiática.
La clave está en que han sabido producir un tipo de variedad de cereza en invernadero y la han hecho coincidir con la tercera semana de marzo, un periodo en el cual no podemos encontrar en el mundo ninguna otra cosecha. Para ello, mediante un sistema de calefacción especial, han creado un entorno que “adelanta” la primavera un par de meses. Y al no estar expuestas a la intemperie, se trata de un fruto de un tamaño, consistencia y sabor poco corrientes. Sin duda, una cereza de lujo, cuyo primer kilo de la temporada se subastó en Internet y alcanzó el precio de 620 euros.