Restaurante con estrella Michelin en Bizkaia

Algunas aves como el faisán o el pichón siempre han gozado de gran popularidad en la alta cocina. Sin embargo, otras han tenido que ganarse su fama a pulso, como es el caso es las codornices que vamos a ver en la entrada de hoy. Hablaremos un poco acerca de su origen, las variedades de caza y granja y una receta muy especial que no puedes perderte por nada.

 

¿De dónde viene la codorniz?

Este ave es originaria de China y Japón y en la actualidad sus huevos son uno de los productos más demandados en toda Asia. A partir del siglo XI se introdujo en Europa, donde debido a los cruces entre especies salvajes dio lugar a la codorniz doméstica. Se caracteriza por adaptarse muy fácilmente al medio, ser una especia migratoria y poseer un enorme valor culinario pese a su pequeño tamaño.

 

La codorniz en la gastronomía

Aunque la codorniz es más pequeña que otras aves como el pollo, tiene una carne muy suave y sabrosa y se puede preparar de mil formas distintas. Está riquísima asada o a la brasa y también es común consumirla rellenas, dentro de un guiso o en patés. Por otra parte, sus huevos son muy apreciados y mucho más asequibles, ya que esta especie puede poner más de 300 cada año.

Por norma general, las hembras se usan para la puesta de huevos, que tienen menos colesterol y más vitaminas y minerales que los de gallina. Mientras que de los machos se aprovecha su carne, que en buena medida se concentra en la pechuga. Suele ser la parte que se sirve en la mesa, mientras que el resto casi siempre acaba formando parte de fondos de caldo, ya que aporta un sabor delicioso a todo tipo de preparaciones.

Una pieza suele estar en torno a los 150 gramos, por lo que generalmente se suelen servir dos codornices por comensal si se trata del plato principal. Una vez que las compres, pueden estar un par de días sin problemas en la nevera y también se conservan muy bien si las congelas. En este último caso, te aconsejamos que la desplumes antes.

 

Propiedades nutricionales

La codorniz destaca por su excepcional valor nutricional y por tener muy pocas calorías, ya que su carne es muy magra y apenas tiene grasa e hidratos de carbono. Sobre todo es rica en proteínas y también en minerales como el calcio o el fósforo, que son indispensables para la salud de los huesos. Así como el hierro, que es esencial para prevenir estados de anemia.

 

Especies salvajes y de granja

A diferencia de otras zonas de Europa, en nuestro país es legal cazar codornices, cuya temporada comienza a finales de agosto e inicios de septiembre. La carne de las aves en libertad posee mayor consistencia, ya que al volar grandes distancias la musculatura se desarrolla.

También se alimentan de granos, cereales e invertebrados, por lo que su aporte de minerales es más elevado. Por todo esto, la variedad salvaje es la más preciada en el mundo de la alta cocina, aunque gracias a las codornices de granja podemos disfrutar de este manjar durante todo el año.

 

Un producto gourmet

Con un sabor delicado y tierno, textura compacta y sabor sin igual, la codorniz se ha abierto paso en el mundo gourmet por méritos propios. Si se te ha abierto el apetito al leer nuestra entrada de hoy, te recomendamos que visites Boroa, ya que podrás disfrutar de una deliciosa Codorniz en asado breve rellena de duxelle de espinacas y hongos y cremoso de patata. ¡Simplemente irresistible!