La mayoría todavía no ha oído hablar de este alimento, ya que es bastante desconocido por estos lares. ¿Qué es el ajo negro? ¿Se cultiva en alguna región exótica? ¿Se prepara? ¿Y para qué se utiliza? En la entrada de hoy vamos a responder todas estas dudas y también otras preguntas frecuentes.
¿De dónde se obtiene el ajo negro?
El ajo negro es un ajo blanco normal que ha sido sometido a un proceso especial de fermentación. En realidad, no es técnicamente una fermentación, sino un efecto parecido que se conoce como “reacción de Maillard”, que es el mismo que se utiliza para transformar la leche condensada en dulce de leche. Y es el culpable de darle ese color broncíneo al pan tostado. En el caso del ajo, se basa en almacenarlo durante un par de meses con agua de mar.
¿Dónde se usa?
Este ingrediente es muy habitual como condimento en la cocina tradicional japonesa, tailandesa y coreana, conociéndose en general en todo el continente asiático. En los últimos tiempos ha comenzado a introducirse en algunos países de Europa y Estados Unidos, aunque de manera muy tímida al principio. Sin embargo, se trata de un alimento que cada día gana más adeptos, ya que posee más propiedades nutricionales que el ajo, huele bien, sabe genial y no se repite.
¿Cómo es el ajo negro?
Por fuera tiene un aspecto muy parecido a un ajo normal, solo que más seco y tostado. Sin embargo, al abrirlo es cuando nos llevamos la sorpresa y descubrimos que son de un color negro intenso. Los dientes en realidad no están secos y de hecho tienen una textura más blanda y cremosa que sus equivalentes blancos.
Pero lo mejor es que no posee el sabor ni el olor típicos del ajo crudo, que echa para atrás a la mayoría de los comensales. Su olor es muy agradable y tiene un gusto marcadamente afrutado que puede recordar vagamente al regaliz o la mora. Por todo esto, además de como aderezo puede untarse en una tostada o incluirse sin problemas en una ensalada.
¿Es beneficioso para la salud?
El ajo negro tiene un alto índice de vitaminas, minerales y aminoácidos, algo que ayuda a recuperarse de problemas de articulaciones, tendones o ligamentos. Durante su proceso la cantidad de azúcares aumenta, algo que influye en su sabor afrutado y sus calorías, que son aproximadamente unas 180 por cada 100 gramos.
Además, posee capacidades antioxidantes que provienen de su considerable aporte de vitamina C y un número cinco veces superior de polifenoles que el ajo blanco. Esto limita el alcance de los radicales libres, que son las moléculas que provocan el envejecimiento prematuro de las células de nuestro cuerpo, algo que podemos notar en el exterior por el estado de la piel.
¿Cuánto cuesta?
Este alimento se puede comprar sin problemas a través de Internet o en cualquier gran superficie. Su precio varía enormemente, pero para que te hagas una idea, suele rondar los 2 o 3 euros por cada cabeza de ajo, algo que es asumible para cualquier bolsillo. ¡Anímate a probarlo!