Por su peculiar aspecto, el rape también es conocido como pez sapo, sapito o pejesapo. Un pescado blanco que vive a más de 500 metros de profundidad y en la actualidad es uno de los manjares más demandados por los amantes de la buena mesa. En esta entrada vamos a hablar del sapito y os mostraremos una de las más originales y deliciosas formas de disfrutarlo.
Características del príncipe de los mares
El rape o sapito tiene una enorme cabeza y boca en proporciona a su cuerpo, una piel muy dura de color marrón o negro y ausencia de escamas. Se arrastra por el fondo marino para capturar presas con sus aletas pectorales y sus dientes están especialmente diseñados para evitar que escapen.
Pero a lo que nosotros realmente nos interesa es que su carne tiene un sabor excepcional, es compacta y combina a la perfección con multitud de recetas. Normalmente solo nos comemos la cola, mientras que la cabeza se destina a la elaboración de caldos, que proporcionan un toque inigualable a nuestras sopas y salsas.
Propiedades nutritivas
El rape es un pescado blanco con pocas calorías y muy fácil de digerir, ya que apenas tiene 2 gramos de grasa por cada 100 gramos de alimento. Destaca por su alto aporte de vitaminas del grupo B, como la tiamina, niacina y folato. La tiamina es esencial para metabolizar los hidratos de carbono, ayudando a que nuestro sistema nervioso, músculos y corazón funcionen a la perfección.
La niacina facilita las tareas del sistema digestivo, cuida nuestra piel y participa activamente en el proceso de transformación de los nutrientes en energía. Por su parte, los folatos sirven para cuidar el sistema nervioso y su presencia es más abundantes que en otros pescados blancos. Además, el rape posee minerales esenciales para el organismo como el hierro, potasio, fósforo y magnesio.
Curiosidades del sapito
Debido a su aspecto, el rape no era consumido por los pescadores, que tal y como lo capturaban lo devolvían al mar. Y eso que además de su exquisita carne tiene propiedades muy beneficiosas para la salud. De hecho, las primeras insulinas se obtuvieron a partir del páncreas de este pescado.
Pero sin duda alguna, la principal curiosidad la encontramos en la especie popularmente conocida como Diablo Marino o Cryptopsaras couesii. Cuando se reproducen, el macho se pega a la hembra y es absorbido lentamente por ella. Los sistemas circulatorios se combinan y los nutrientes presentes en la sangre de la hembra son suficientes para alimentar a lo que queda del macho: sus órganos sexuales. De esta forma, la hembra tendrá gametas masculinas siempre disponibles para cuando quiera reproducirse. ¡Alucinante!
¿Dónde comer el mejor sapito?
Boroa Jatetxea está situado en un caserío del siglo XV que ha sido restaurado con absoluto respecto a la arquitectura original. Con una amplia terraza exterior rodeada de robles centenarios, se trata de un marco de incomparable belleza para todo tipo de eventos o un agradable rato en familia. Y si vienes también tendrás la oportunidad de probar nuestro Sapito a la brasa con marinera de crustáceos y pil pil cítrico, un plato excepcional para disfrutar en un ambiente lleno de magia.