Los espárragos son unos de los alimentos más populares de nuestra cocina, tanto por la suavidad de su sabor como por la facilidad con la que se pueden preparar revueltos, sopas, ensaladas y disfrutarse como primer plato o guarnición. En la entrada de hoy hablaremos sobre sus propiedades culinarias y nutricionales y su paso por la historia, haciendo especial hincapié en el espárrago de Navarra, una de las variedades más deliciosas que existen.

El espárrago en la historia

El espárrago es, en pocas palabras, la estrella de la huerta. Desde la antigüedad ha sido considerado como uno de los manjares más suculentos y para remontarnos a su origen tendríamos que acudir a las orillas de los ríos Tigris y Éufrates, la antigua Mesopotamia, la cuna de la humanidad. Posteriormente, tanto egipcios como griegos seguirían rindiéndose ante sus cualidades y su presencia en las ofrendas a los dioses fue algo habitual.
Fueron los romanos quienes finalmente introdujeron este alimento al público europeo, muy valorado por su sabor y también por sus facultades medicinales. Sin embargo, cuando el Imperio Romano fue arrasado a manos de los bárbaros, el espárrago también cayó en el olvido.
Durante la Edad Media y sobre todo a principios del Renacimiento comenzó de nuevo a recuperarse, aunque exclusivamente por sus propiedades terapéuticas. Su producción estaba muy controlada y terminantemente prohibida en los conventos, ya que se consideraba un potente afrodisiaco. No fue hasta finales del siglo XVIII y principios del XIX que su consumo comenzó a repuntar y se convirtió en uno de los alimentos favoritos de la incipiente burguesía. Y desde entonces hasta nuestros días ha ido popularizándose cada vez más, pero manteniendo intactas todas sus virtudes.

El espárrago de Navarra

El espárrago de Navarra tiene Denominación Específica desde 1986 y se acoge a la Indicación Geográfica Protegida desde 2003. Tiene una forma bastante alargada, normalmente entre 17 y 22 centímetros, con un diámetro en torno a los 12 milímetros y presenta unas pequeñas hojas en la punta. Una de sus características principales es su color blanco y su agradable textura, a lo que se une una casi nula fibrosidad. En cuanto a su sabor, tiene un equilibrio perfecto entre amargor y suavidad, producto de las peculiaridades de las zonas de producción: agua de mucha calidad, sistemas de cultivo empleados y la presencia de noches muy frías. ¿Por qué tiene ese color blanco? El espárrago de Navarra crece bajo tierra y al no llegarle la luz del sol no puede desarrollar la clorofila.

Beneficios nutricionales

Los espárragos son una de las hortalizas más saludables y equilibradas que puedes encontrar en el mercado. Tienen muy pocas calorías y son ricos en fibra, vitaminas A, B6 y C, minerales como el potasio y ácido fólico, un nutriente especialmente importante para mujeres embarazadas. Además, no pierde estas propiedades al ser cocinado.
Ayudan a prevenir ciertos tipos de cáncer por su carácter desintoxicante e igualmente aportan muchos antioxidantes, que sirven para rejuvenecer las células y retrasar el envejecimiento. Y por si fuera poco, la vitamina A es excelente para conservar una buena visión. El espárrago es además un diurético natural que puede ayudar a las personas que tienden a retener líquidos y debido a que es rico en fibra, también facilita la digestión.
 
Esparragos de Navarra