jabi gartzia con iñigo elorriaga en boroa

En 1997 nació el restaurante Boroa, de la mano de Mª Asun Ibarrondo, y con Jabi Gartzia como jefe de cocina. El restaurante, ubicado en un caserío del siglo XV, abrió sus puertas el 17 de marzo, con unas vistas de ensueño.

Tras 21 años de dedicación, Jabi Gartzia deja su delantal en los fogones del restaurante, y pasa el relevo al chef Iñigo Elorriaga que viene cargado de fuerzas para ponerse al mando de las cocinas de Boroa.

Inicio en los fogones de Boroa

En los años 90, Asun Ibarrondo, que regentaba el Boliña Nuevo, pidió a Gartzia que dejara su puesto en el Faisán de Oro y se pusiera a trabajar con ella. Así llegó a su cocina Jabi Gartzia, un chef con gran amor por la cocina, de esos que disfrutan entre los fogones y sueñan con la chaquetilla remangada y el delantal anudado a la cintura.

 

A pie de fogón

Gartzia empezó su carrera en el mundo de la fotografía, pero a los 15 años decidió encaminar su vida a los fogones. Hablar de su cocina, es hablar de raíces y de trabajo duro. La cocina de Jabi Gartzia sigue una línea francesa, mezclada con el toque tradicional vasco. Esta línea francesa surge de su maestro Iñaki Gabiola, cuyas fuentes fueron los cocineros del país vecino.

El propósito de Boroa es que la gente sea capaz de reconocer los sabores de la tierra y lo han conseguido.

La primera estrella Michelin

Boroa cuenta con la prestigiosa estrella Michelin desde Noviembre de 2008, un reconocimiento que cuidan año a año.

¿Cómo se consigue una estrella Michelin?

A través de la innovación.

Además el restaurante cuenta con dos Soles Repsol, símbolo de excelencia culinaria y apoyo a la gastronomía nacional.

“La estrella Michelin es una medalla colectiva. Uno sólo no hace nada” – Jabi Gartzia.

Iñigo Elorriaga: el relevo

Iñigo Elorriaga se embarcó en el mundo de la cocina desde muy joven gracias al saber hacer de su madre y su abuela.

Desde los 18 años acompaña a Jabi Gartzia en la cocina de Boroa, y este, con gran dedicación, le ha aportado toda su sabiduría. «Es mi mentor», le reconoce Elorriaga, y después de 25 años compartidos en los fogones, es ahora la persona llamada a sustituirle.