Génova es una de las ciudades más bellas del mundo y su gastronomía nos ha legado auténticas obras de arte como la salsa pesto o la Focaccia. ¿No te suena? Se trata de un pan plano que tiene un sabor delicioso y una textura muy especial, cuyo origen se remonta a hace más de 2.000 años. Si tienes curiosidad, te animamos a que nos acompañes en la entrada de hoy. ¡Comenzamos!
De dónde viene la Focaccia
Las primeras referencias a esta receta aparecen en la obra de Catón el Viejo en torno al 200 a.C., aunque por aquel entonces era conocida como libum. Se trataba de una ofrenda para los dioses, elaborada a partir de masa de harina, huevos, queso y miel.
El plato estrella de Génova
A partir del siglo IV de nuestra era comienzan a abundar las referencias a la Focaccia y la pasión que tenían los genoveses por ella. Para que te hagas una idea, incluso se puso de moda comerla en la iglesia durante la misa y tuvo que intervenir el obispo Mateo Gambaro para prohibirlo.
Entrada la Edad Media encontramos las primeras recetas que se parecen bastante a las actuales. En Génova se preparaba con pan hidratado y aceite de oliva, añadiendo especias como el romero fresco, aceitunas y otros ingredientes como los tomates con el descubrimiento de América.
Una receta de las clases populares
Siempre estuvo asociado a las clases humildes, ya que se convirtió en el principal alimento de los estibadores italianos por ser muy rápida de preparar y cómoda de comer. Pese a ello, el resultado es un plato muy nutritivo, saludable y que contiene todo el sabor del mediterráneo.
En la actualidad su popularidad no ha disminuido ni un ápice, ya que según la Asociación Italiana de Alimentos solo en la zona de Liguria podemos encontrar hasta 12 versiones de recetas de Focaccia diferentes.
¿Es parecida a la pizza?
Podríamos considerar a la Focaccia como el antecedente de la pizza, pero ten en cuenta que el grosor y el tiempo de fermentación de la masa son completamente distintos. Hay que mezclar la harina con el agua, añadir extracto de malta, levadura y un poco de aceite de oliva para fermentar la masa madre.
Una gran diferencia con la pizza es que la Focaccia tiene una textura muy suave, algo que se consigue por la hidratación de la masa y la cantidad de levadura utilizada. Una vez que ha fermentado, se sazona y se corona con otros ingredientes como aceitunas, tomates cherry o hierbas aromáticas.
¿No tienes tiempo para cocinar?
Aunque la receta es bastante sencilla y requiere pocos ingredientes, es de esas que necesita bastante práctica para conseguir un resultado perfecto, ya que cualquier cambio en las cantidades o el tiempo de fermentación transformará por completo la textura y sabor.
Si andas corto de tiempo o no te apetece cocinar, nuestro consejo es que visites Boroa, ya que en su carta de grupos podrás encontrar esta fabulosa Foccacia marinera con pulpo a la brasa y alioli suave de manzana. ¡Simplemente irresistible!