La cocina se basa en la tradición y en la experimentación constante, fruto de la unión de distintas corrientes y vertientes marcadamente innovadoras. Sin embargo, existen una gran cantidad de alimentos que están riquísimos y que podemos disfrutarlos por pura casualidad. ¿Quieres saber cuáles son? En la entrada de hoy os vamos a mostrar las mejores recetas que han sido creadas por equivocación.
Cookies con chips de chocolate
Las galletas con trocitos de chocolate son un capricho al que pocos pueden negarse. Esta receta sin embargo fue fruto de un problema de suministros. Corría el año 1930 y Ruth Wakefield, que era dueña de un restaurante, estaba elaborando sus preciadas galletitas de chocolate. Cuando miró en la alacena se dio cuenta de que se había quedado sin chocolate en polvo, así que cogió una tableta y la cortó en pedacitos. Total, ella pensaba que durante la cocción se fundirían y no se notaría la diferencia. El resultado fue tan inesperado como delicioso, ya que las chispas quedaron intactas, aportando una textura diferente que encantó a su público.
Patatas chips
Las primeras patatas chips surgieron en un afamado local de Nueva York. La leyenda urbana nos cuenta que un cliente se quejaba reiteradamente de que sus patatas fritas eran demasiado gruesas. El chef acabó un día hartándose de ello y decidió darle una lección. Las cortó tan finas como les fue posible, casi transparentes y después las cocinó hasta que se pusieron doradas. Su venganza encantó al díscolo comensal y no solo eso, se extendió la voz hasta que las patatas chips se pusieron de moda. Hoy en día son sin duda el snack por excelencia.
Sándwich
Existen muchas versiones sobre el origen del Sándwich, aunque la más aceptada es la que atribuye su descubrimiento a John Montague, el conde de Sándwich. Se cuenta que este noble era tan dado a apostar que pedía siempre a sus empleados que le trajeran la carne en medio de dos rebanadas de pan. De esta forma podía comer sin perderse ni un instante lo que pasaba en la mesa de juego.
Conos de helados
Los helados han existido desde hace mucho pero siempre se servían en tarros u otros recipientes. El origen de los conos parece que data de 1904, cuando un heladero artesano se quedó sin botes. Ni corto ni perezoso, se acercó a la repostería más cercana y compró una buena cantidad de masa de gofres, con la que confeccionó una base para el helado con forma cónica.
Copos de maíz
A finales del siglo XIX los hermanos Kellogg querían crear un alimento altamente nutritivo, para así satisfacer las necesidades de los pacientes del hospital de Michigan. Probaron con todo tipo de ingredientes sin conseguir ningún resultado. No obstante, se dejaron unos granos de trigo cocidos reposando sin que nadie se percatara de ello. Al tiempo, uno de los hermanos los descubrió y notó que su aspecto había cambiado, por lo que decidieron meterlo en el horno obteniendo unas pequeñas hojuelas que combinada con leche formaban un desayuno excelente.