En la entrada de hoy vamos a hablar de uno de los alimentos más selectos que nos brinda el mar. Se trata de las ostras, un producto de primera calidad que sin embargo es asequible para darnos un capricho de vez en cuando. Y si encima las cocinamos con mucha imaginación, entonces el resultado nos dejará sin aliento.
Una relación muy estrecha
Lo más probable es que el consumo de ostras se remonte a los orígenes de la humanidad, ya que se han encontrado restos de este molusco en casi todas las culturas prehistóricas cercanas a la costa. Y aunque gozaron de gran fama durante toda la Antigüedad (los romanos las tomaban con garum), la sobreexplotación y el aumento de la polución han reducido en gran medida su producción actual. Por fortuna, estamos rodeados de zonas de pesca de este molusco, lo que nos permite disfrutar de ostras frescas siempre que nos apetezca.
¿A que saben las ostras?
Las ostras forman parte de los alimentos exóticos de distintas culturas. Sin embargo, tienen un sabor muy peculiar y la primera vez no gusta a todos por igual. De hecho, se requiere un cierto gusto adquirido, como puede pasar con el vino o la cerveza, antes de poder apreciarlas en su magnitud. La ostra sabe a yodo, a sal marina. Y es por eso que muchas personas dicen que su sabor les recuerda a la mar. En cualquier caso, se trata de un producto de primera calidad, que nunca decepciona a los amantes de la buena mesa.
Buenas para la salud
Y además de estar riquísimas, son muy buenas para la salud, por lo que no se convertirán en un placer culpable. Las ostras son ricas en zinc, omega 3, proteínas y minerales como el hierro, por lo que puedes incluirlas sin problemas en cualquier dieta equilibrada.
¿Cómo comer ostras?
Si vas a probar las ostras por primera vez, hay una serie de puntos que deberías tener en cuenta. El primero y principal: ¡no las pinches! Es un error muy común usar el tenedor para cogerlas y corremos el riesgo de que todo el jugo que contiene dentro salga disparado. Tenemos que despegar con cuidado la ostra de la concha y a continuación introducirla en la boca.
No te la tragues enseguida. No tengas prisa y mastícala bien para poder saborear el auténtico sabor y textura de este manjar. ¿Cuál es el mejor tamaño? Cada uno tiene su propia función, pero en general se recomienda comenzar primero por la más pequeña y acabar por la grandes, ya que estas últimas tienen un gusto más compensando entre la sal marina y la propia carne de la ostra.
¿Cómo cocinar las ostras?
Los alimentos de gran calidad no suelen necesitar mucho más para obtener un resultado redondo. En el caso de las ostras, podrían bastar unas gotas de limón o tabasco para disfrutar por completo de su sabor. Sin embargo, cuando se combina junto a otros ingredientes selectos conseguimos un plato irrepetible y de singular belleza. Una buena muestra de ello es esta Ostra asada sobre guacamole, espuma de membrillo chispeante y caviar “Per Se” que puedes degustar en Boroa. Un entrante espectacular que eleva este alimento a otros niveles gastronómicos.