El verano es la mejor época para descubrir los rincones más exuberantes de nuestra tierra. Ya sea para un fin de semana o unas vacaciones, en Euskal Herria existen distintos recorridos que se pueden disfrutar a pie o en bicicleta y donde se conjugan la belleza de la naturaleza con la mejor gastronomía.
Desde Oyón-Oion hasta el puerto de Bermeo
Usada tradicionalmente por arrieros, la calzada aun evoca el aroma de las mercancías que partían desde los puertos de Bermeo, Ondarroa y Lekeitio. Si usamos la imaginación podemos incluso ver a los carreteros con sus mulas cargadas hasta arriba de pescado fresco o en salazón, mientras que en su viaje de vuelta era habitual que trajeran trigo, sal y vino.
¿Cómo se llega?
El GR-38 nos permite atravesar el país de norte a sur, partiendo de los viñedos de Oyón-Oion hasta llegar al puerto de Bermeo. Durante el trayecto tendremos la oportunidad de surcar paisajes cautivadores y quizás aprender un poco de la historia de nuestros antepasados.
Si tenemos en mente comenzar el recorrido de la manera tradicional, partiendo desde el sur, tenemos que coger la A-124 y A-3226 que nos deja en Oyón-Oion. Por el contrario, si vamos a realizar la ruta en sentido contrario, de norte a sur, la salida a Bermeo la encontramos en la BI-3174 y BI-2235.
Los nuevos caminantes del siglo XXI
Este itinerario comercial ha sido reconvertido con un nuevo carácter turístico y cultural en un intento de recuperar la tradición del camino, que en la actualidad cuenta con 166 km de recorrido desde su inicio en Oyón-Oion en dirección hacia Laguardia. Se trata de un paisaje que emociona los sentidos y que nos permite evadirnos entre la inmensidad de los viñedos.
Una vez superado las escarpadas puntas de la Sierra de Cantabria el trazado se dirige hacia Lagrán y Albaina, atravesando con decisión el desfiladero de Okina y penetrando por Estíbaliz a la Llanada Alavesa. La Ruta del Vino y del Pescado continúa hasta el embalse de Ullibarri Gamboa y finalmente desemboca en las antiguas vías del ferrocarril vasconavarro.
A través de ellas llegamos a Legutiano, los embalses de Urrunaga y Albina y decimos adiós a tierras alavesas mientras damos la bienvenida a Bizkaia. El camino pasa primero por Otxandio y posteriormente nos eleva hasta la majestuosidad de Urkiola y desciende a Durango para volver a emerger en Oiz, de imponentes relieves.
Ya queda muy poco para terminar nuestro viaje, cuyo trayecto final pasa por la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, un lugar exuberante desde el que marcharemos hasta nuestro destino final: la villa de Bermeo. Un periplo hermoso que ayuda a conectar con la tierra y nos da la oportunidad de enraizar en nuestras costumbres.
Principales lugares de interés
La Ruta del Vino y del Pescado nos permite estar en contacto con la naturaleza y además descubrir una serie de lugares encantadores que destacan por su peculiaridad y su excelsa gastronomía. Algunos son más turísticos que otros, pero en general si tienes tiempo no deberías pasarlos por alto.
Lekeitio
Lekeitio es un tradicional pueblo pesquero que se encuentra próximo a la isla de San Nicolás y cuenta con dos inmensas playas. Su patrimonio artístico es muy interesante, destacando sobre todo la Basílica de la Asunción de Santa María, que cuenta con un retablo gótico de considerable valor cultural.
Su caso antiguo y muelle suelen tener bastante actividad tanto de día como de noche y como en toda la costa vasca, su gastronomía es excelente. A destacar los productos del mar como pescados y maricos que llegan diariamente desde el puerto, los txipis y todo tipo de pintxos. Calidad y variedad para elegir.
Centro de interpretación de la Ruta del Vino y el Pescado
Se encuentra situado en Lagrán y dispone de una gran cantidad de datos, imágenes y curiosidades de la Ruta del Vino y el Pescado que une la Rioja Alavesa con la costa de Vizcaya. Además, en este lugar podemos encontrar información sobre los mejores puntos turísticos de la comarca.
Santuario de Estíbaliz
Aquí se rinde culto a la patrona de Álava en una de las construcciones más importantes del medievo vasco. El templo es un magnifico exponente del arte románico y se asienta en una elevación de la localidad de Argandoña, acompañado por un monasterio benedictino.
Se trata de una zona que recibe millares de visitantes cada año y que dispone de una oferta gastronómica bastante extensa, combinando los platos tradicionales con los más sofisticados para proporcionar al visitante una experiencia única y excitante. A diferencia de Lekeitio aquí el ambiente es típicamente rural, permitiéndonos degustar de platos de caza, guisos y otras delicias mientras disfrutamos de unas espectaculares vistas.