Cuando pensamos en los alimentos más caros que existen a pocos se nos viene a la cabeza la imagen de una fruta que en su origen fue una hortaliza. Pero no te equivoques, algunos ejemplares de estos melones han alcanzado en subasta precios superiores a los 6.000 euros, por lo que cada bocado nos saldría a casi 200, algo equiparable al caviar más exquisito, las más cotizadas trufas o a las mejores carnes, como la ternera de Kobe.
Origen de esta fruta
El melón Yubari King se produce en la ciudad de Yubari, en Hokkaido, que es la segunda isla más grande de Japón y supone prácticamente el 100% de su actividad agraria. Para su cultivo se mezcló la variedad americana, el Cantaloupe picante, con el melón europeo de forma más redonda hasta lograr alcanzar un sabor y una textura únicos. Su aparición es bastante reciente, ya que su producción comenzó en los años 60 y uno de los secretos nacionales mejores guardados, de hecho apenas un centenar de agricultores tienen los permisos legales para cultivarlo.
Más caro que el oro
Las claves de que el Yubari King sea el mejor melón del mundo la podemos encontrar en factores naturales y en técnicas de cultivo muy específicas. En cuanto a lo primero, la tierra de esta zona es rica en ceniza volcánica, en cuanto a lo segundo, en los invernaderos han de conseguirse unos niveles de humedad y temperatura muy concretas, para lo cual se colocan tuberías para el riego cuya distribución sigue criterios matemáticos que muy pocos conocen.
A comienzos de mayo se subastan los primeros melones de la cosecha, los llamados “Cadillac de Japón”, que son los que alcanzan los precios más elevados. El resto, aunque siguen sin estar al alcance de todo el mundo, son mucho más asequibles.
¿El resultado? Al primer bocado de este melón notarás una gran cantidad de matices explotando en tu boca, muy dulce y con un punto picante, con una carne de color parecido al oro y de textura pulposa y muy fina. Para que el Yubari King sea considerado perfecto debe tener una forma lo más redonda posible, su piel ha de ser fina y tiene que estar surcada de venas formando una red.
La fiebre del Yubari King
Los japoneses han desarrollado en los últimos tiempos una especial debilidad por esta fruta y esto explica en buena medida el precio que ha llegado a alcanzar. La popularidad de este melón es tal que podemos llegar a encontrar en el mercado falsificaciones casi perfectas de Yubari King y que se venden al mismo precio que si fueran auténticos, como si se trataran de bolsos de las principales marcas de moda o relojes de lujo.
Se comercializa con el rabo cortado en forma de “T”, que es su seña de identidad, colocado encima de una pequeña superficie a modo de pedestal y envuelto en papel de colores, mostrando en todo momento su marca. La presentación es muy cuidada, ya que los japoneses suelen regalar esta fruta a sus jefes y familiares más allegados en agradecimiento o como señal de respeto.